En esta tarde mortecina
Cuyas sombras oscuras
Van cubriendo el azul del cielo
Amenazando con su negrura
Nublar los malos recuerdos,
Y pese a las tormentas
Que se puedan avecinar,
Y aunque la luna se esconda
Tras las densas nubes
Sigue brillando
A través de su opacidad
Que en cubrirla se empecinan.
Se humedecerán los suelos
De esas calles solitarias
Que paseando descubriremos
Y los resbalosos adoquines
Absorben los pasos
En ese lento caminar
Bajo esta noche de enero.
Caminamos junto al tiempo
Sin la nostalgia del pasado,
Me aferro a ese paraguas
Que es el inmenso cielo
De las estrellas que brilla
Y perdidos entre esas calles
Nos alejábamos del viento.
En esa melodía nocturna
Cuando canta el buho,
Piénsame como ese duende
Que de frescura luminosa
Humilde y en silencio
Penetró en tu pecho,
Busco tras los cristales
De mi ventana cerrada
Empañados por la humedad
De esta tarde fría,
Diligente y tímido
Me escondo detrás de las cortinas,
Y mis ojos te sueñan
Perdidos en la lejanía,
Recordando tu intensa mirada
Que chispeante canta
Al plateada luna,
En un instante desnuda
Mi eterna timidez
Y tu rostro se esconde
Entre las estrellas del firmamento.
SILVER ©
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