Me queda tu perfume
Impregnado en mi piel,
No como un mal presagio,
Es como en un hasta luego,
Un entre paréntesis
Esperando en mi corazón
Vivo y despierto
Conmovido por esa brevedad
Larga en el tiempo.
Del temblor de mis manos
Acariciando tu cuerpo,
Me queda tu perfume
Grabado a fuego,
Instantes enloquecidos
Cómo tormenta en el desierto,
Donde la lluvia
Pulveriza estremecida
Las arenas de los malos
Y viejos recuerdos,
Sombras oscuras
Batidas por el viento.
Y te hallé tan próxima,
Tú perfume en mi alma
Sutil y embriagador
Cómo el perfume de las flores
En una noche de primavera
Con la luna llena
Alumbrado tu cabellera,
Reflejo plateadando
En tus seductores ojos
En las horas que se quedan
Inmóviles cuando se para
Entre las arenas del tiempo.
La quietud de la atmósfera
Se quebranta por un largo
Y sentido suspiro,
Leve murmullo
Que sacude mi cuerpo,
Y me queda tu sonrisa
Esa mirada que me desarma,
Se queda tu perfume
Entre mi cálidas manos,
Se queda huérfana mi vida
Cuando te alejas
Sonando tu taconeo
Por esas calles empedradas.
SILVER ©
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