viernes, 27 de marzo de 2020

A la Magdalena


Me llegará el último aliento
Por donde se escapa la vida,
Y quisiera que fuese
Con el calor de tus ojos,
La sonrisa de tu boca
Y la suave caricia de tus manos.
Partiré feliz,
Mi mirada en la tuya
Mientras se disipa
Tu amada figura
Entre el limbo y la nada,
Retiraré las brasas
De ese fuego que se apaga.
Hilo vital que se quema,
Cuerpo que se convierte
En seco árbol cuyas hojas
Fueron arrancadas por el viento,
Mi espíritu se alejará
Lleno de felicidad y paz
Hasta un próximo encuentro,
Quizás en otros mundos
O allá arriba en el cielo.
No habrán llantos ni lágrimas,
Haced una fiesta en mi honor,
Ríe mujer, ríe,
Que ya no hay dolor,
No quedan sufrimientos
En estos clavos que atraviesan
Mis manos en el madero,
Una corona de espinas
Lacera mi frente,
No queda dolor
En este cuerpo muriente.
El día se quedará gris
Pero mañana lucirá el sol,
No llores mujer, no llores
Aunque muera inocente,
El cielo espera mi alma,
Llorale a la luna
Que cada amanecer muere.
Que cada gota de sangre
Que de mi pecho abierto caiga
Abone la estéril tierra
En en mi sudario crezcan
Las flores en las madrugadas.

A la Magdalena en el viernes de pasión.

SILVER ©

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