martes, 10 de agosto de 2021

El murmullo

 

En el murmullo incesante 

De la brisa entre los árboles,

Que me arranca de la quietud,

De los sueños cobijados 

En mi suave almohada,

En ese estrecho vacío

Que me impone tu ausencia

Salen como recién nacidos

Mis rimas con mis sentidos

En cada palabra que escribo.

Solo para ti nacieron

Cómo en un parto duro y doliente

En el cual se llenaron mis manos

De fuego y luz en lo alto

Cómo labriego labrando

Sus áridos campos 

Después de la ciega,

Se quedan agazapados

En el último intento

De atraer las palabras inquietas,

Se alinean los ecos 

Que se van oyendo

Juntos con tu voz

En las caracolas abandonadas

En la orilla del mar,

Que al unísono cantan mis letras

Al compás del murmullo incesante

De la brisa en la arena.

La luna esquiva casi doliente

Esculpe con sus rayos

Tu figura erguida frente a las olas,

Renaciendo a cada momento

Cuentos, sueños y quimeras,

Fecunda está la luna

En el vigor de la trémula noche,

El rocío humedece las horas

De las verdes plantas

De las macetas de tu ventana,

Callados rosales

De rojos y granas

Cómo las amapolas que bordean

Los campos y sendas

Que como venas recorren

Las inmensas praderas.

Perdiéndose en el tiempo

Ante tus ojos rendido,

Deja volar tus pensamientos

Mientras lees estas humildes

Y simples líneas,

El tiempo pasa frío y desnudo

Esperando el astro rey

Para esparcir su luz

Entre los naranjos en flor,

Difuminando el azahar

Entre los vastos campos,

Entre el verde de los olivos

Y el blanco de los pueblos

Formando los colores

Y mis frágiles palabras,

Que como gentil Dulcinea

Espera mi gracil pluma

Cada atardecer antes

De que la noche caiga.


SILVER ©


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