lunes, 27 de enero de 2020

Hija de la luna!


Mariposa que revolotea
Las flores a ti se abren,
Estás en todos mis sueños,
Hija de la luna omnipresente,
El misticismo eterno se conjuga
Oculto el la herejía de mis pensamientos.
Hija de la luna;
Riegas los desiertos en silencio
Quedando atrapados
Tus rayos entre la arena
En esa eternidad que no se detiene,
Sin palabras, en el ocaso
Que se abre a tu mirada
Atravesando las nubes,
Y las espectadoras estrellas
No entienden porque derramas
Tus rayos entre las dunas.
Hija de la luna;
Niña, mujer que engalana
Con suave terciopelo gris plata
Los sembrados campos,
Las veredas que esconden
Los mirlos en la noche
Que cantan tu regreso
Cuando en el horizonte asomas.
Hija de la luna;
Te contemplo callado, respetuoso,
En mi soledad tus rasgos
Recorren todos los rincones
De mi escondida alma,
Quedándome sin sentidos
Navego bajo el influjo
De tu candida mirada.
Hija de la luna;
Hija de la vida, de mi poesia,
Amiga de mis ausencias,
Hacedora de mis letras
Que cada noche me inspiras,
Huelo tu aroma
En cada rosa amarilla
Que tu dulzura simboliza.
Hija de la luna;
Te mueves entre el oro
Que el sol cada noche
Al sumergirse en el océano
Te ofrece con sus últimos rayos,
La luz cálida del ocaso.
Atraviesas las nubes
Que como pájaro
Extendiendo sus alas anidas
Entre mis sábanas blancas,
Sin olvidar esos suspiros
Que callan en mi pecho
Cuando luces en mis adentros.

SILVER ©

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