lunes, 20 de enero de 2020

Partitura


Quizás caminaremos por esa playa
Donde las sirenas plácidamente duermen,
Por esas veredas entre ola y ola
Acompañados de viejas canciones,
O una sinfonía compuesta
En los eternos Si Bemoles.
Quizás Strauss con su Danubio Azul
Alumbrado por el aura blanca
Tiñe la noche de suave tul
De la incipiente luna,
Plateando nuestros pasos
Con su suave y calidad luz.
Y yo mientras espero
Escribiendo para que me sientas,
Como una suave brisa,
Como cálida pluma
Por la piel de tu cara,
Un susurro murmurado al oído
Cuando el atardecer
Se refleja en tu mirada.
Esa fresca espuma de las olas
Acariciando tus pies
Cuando la tarde se escapa,
Caricias en tu pelo,
Imborrables momentos
Impregnados en mis manos
Haciéndose eternos los instantes,
Celestial música en los momentos
Cuando yo tus ojos miro
Y tus labios los míos rozan.
Partitura confesa,
Un silencio de cuatro tiempos
En clave de sol
De una inacabada melodía
Componiendose una bonita,
Día a día, historia de amor.
Se escribe con palabras
Sin tinta deslucida,
Tinta que se derrama
Lentamente sobre las líneas
De una blanca hoja.
Una pluma traviesa
De tinta negra humedecida,
Pluma que para ti escribe
Fluyendo las palabras que nacen
Desde lo más hondo del alma.
La noche trémula se vuelve,
Sangra música entre las sombras,
Partitura que escribo
Aún sin saber de música
En esos instantes que me das,
Me basta la promesa callada
De tu profunda mirada.
Quizás caminaremos por esas playas
Cómo si no hubiese un mañana.

SILVER ©

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