miércoles, 1 de enero de 2020

Se quedó tu perfume


Y quedó tu perfume
Impregnado en mi piel,
No como un mal presagio,
Cómo en un hasta luego,
Un entre paréntesis
Esperando en mi corazón despierto
Conmovido por esa brevedad
Larga en el tiempo,
Del temblor de mis manos
Acariciando tu cuerpo.
Y quedó tu perfume
Grabado a fuego,
Instantes enloquecidos
Cómo tormenta en el desierto,
Donde la lluvia
Pulveriza estremecida
Las arenas de los malos recuerdos,
Sombras oscuras
Batidas por el viento.
Y te hallé tan próxima,
Tú perfume en mi almohada
Sutil y embriagador
Cómo el perfume de las flores
En una noche de primavera
Con la luna llena
Alumbrado tus pupilas negras,
Reflejo plateadando
En tus seductores ojos
En las horas que se quedan
Inmóviles cuando se para
Entre las arenas del tiempo.
La quietud de la atmósfera
Se quebranta por un largo suspiro,
Leve murmullo
Que sacude mi cuerpo,
Y me queda tu sonrisa
Esa mirada que me desarma,
Se queda tu perfume
En mi enmarañado pelo,
Se queda huérfana mi almohada
Cuando te alejas
Sonando tu taconeo
Por esas calles empedradas.

SILVER ©


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