domingo, 29 de noviembre de 2020

Cuerpo, verbo y versos

 

Ya es de noche tras los cristales

Empapados por el frío otoño,

Se va cayendo majestuoso

Esperando el nocturno letargo,

De ese refugio de mi habitación

Quitándome el sopor de los ojos

Que somnoliento me impiden

Ver la luz del atardecer.

Otro día que se va, otro más,

Esperando una nueva oportunidad

Que me de la noche

Aunque el azul del cielo

Quede cubierto por las nubes,

Quizás sea la soledad

Que oprime mi alma

Presagiando un duro invierno.

Los seres mágicos de la noche

Que habitan entre las ramas 

De los ya desnudos árboles

Revolotean madrugadores

Y a los lejos se oye el primer canto

Del búho en lo alto del campanario

De una iglesia solitaria.

En esa quietud plácida

Que nos depara la noche,

Me dejo llevar por esa atracción

De lo que de verdad se ama,

Regresando en forma de canción,

De luna, de silencio,

Y el canto del mirlo

Me trae el recuerdo de las palabras

Que mis sentidos han oido

A susurros dichas por tu boca.

Se hace la noche oscura,

Pasearé mirando las estrellas,

La luna me alumbrará

Y el sonido de tu risa

Me acompañará mientras camino,

Y entonces tú cuerpo 

Se hizo verbo, el verbo besos,

Los besos, fresas en flor,

Cubiertas de la humedad

Incipiente de la noche fría.

Dulzura y pasión de una boca

En todo su señorío,

Ojos que me turban

Altivos y con tronío

Labios floridos de carmesí 

En su esplendor, traviesos,

Mi condenación...

Cómo tributo al amor.

Cuerpo moreno,

Pechos que me desafían,

En mi piel impregnado

Sutil y perfumado,

Morirme quisiera

Besándote con mi último aliento.


SILVER ©


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