Oigo el canto del viento
Que se cuela suavemente
Entre las desiertas calles,
Momento frágil del encuentro
De los furtivos amantes
Cuando todos duermen,
A imaginar no alcanzo
Cómo inundan de amor
Sus rostros cuando
Se cruzan sus miradas
Que se funden con la oscuridad
En el éxtasis del encuentro.
Se funden los recuerdos
Entre el cielo y suelo
Escondidos bajo el manto
De la eterna memoria
De las caricias y los besos,
Y debajo del cielo lágrimas
Mientras la noche estalla,
Se alza la oscuridad
Alzandose en Victoria
Abrazando las sombras.
Y aquí un jardín, sin rejas,
Donde pueden dormir
Mirando las estrellas
Oliendo a eterna primavera,
El verde es el color
De la dulce esperanza,
Por donde se esparce
Entre las flores el amor,
Embriagador perfume
Expresado en miradas y caricias,
Dos amantes, una vida,
Que en silencio se confiesan
Cuando cae el día
Sin más palabras que el sentimiento,
Cuando habla las puntas de los dedos
Acariciando la piel erizada
Limitando el infinito
En un estrecho abrazo,
El techo es el firmamento,
Su lecho de perfumadas flores,
Pétalos de rosas cubren
Sus desnudos cuerpos,
Y sin más fuerzas
Dormidos se quedan
Esperando el alba.
SILVER ©
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