viernes, 17 de abril de 2020

Tu tibia mano


Y sentí tu tibia mano
En mi cara,
En una caricia inesperada,
Cómo un regalo
Caído del cielo
Que me seduce y atrapa,
Que se guarde en el silencio
Cuando brillan las palabras.
Quise retenerla
En ese instante perpetuo,
Quedé quieto ante tus ojos
Cómo si en un acantilado fuese
Lanzandome al abismo
De tu mirada que promete.
Nadie me arrebatará
Lo que el universo me regaló
En ese instante que se cruzarón
Allá en el poniente,
En ese tu y yo, en nosotros
En la dulzura del encuentro.
¿Cómo no vas a ser
La protagonista de mis versos,
De esos instantes
En los atardeceres florecidos,
En esas tardes que languidecen
O cuando la temprana luna aparece?
En una explosión de llamaradas
Anaranjados y oros,
Azules y rosas,
Manantial que se asemeja
Al arcoiris después de las lluvias.
En esta tarde que acaba
Dando paso a la noche cerrada,
Escribir podría
En todas sus horas,
Para que recitando
Todo lo que tengo,
Me llegue en la noche
Tus recuerdos, tu aroma.

SILVER©


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