viernes, 18 de enero de 2019

Así entiendo yo las relaciones.


Hay personas que llegan a tu vida para hacerte el bien, otras pasan sin más, algunas y por suerte son las menos para hacerte daño, pero todas te enseñan algo. Siempre hay una, esa personita, esa, se convierte en tu debilidad, va más allá, se convierte en tu todo, y no porque te hagas dependiente, no, ni por asomo, simple y llanamente da claridad a tus días, se convierte en alguien muy importante para ti, es un ángel que se corta las alas para no parecerlo, pero aún así irradia luz incluso a través de unas simples letras. La aceptamos con sus defectos que pueden ser muchos, y con sus virtudes, no cuestionamos ningunos de ellos, solo la queremos tal y como es, porque creo, que hay radica el acto de querer a alguien, sin condiciones previas y aceptando sus circunstancias y su forma de ser, eso amigos, es imprescindible que así sea. Es aceptable para cualquier clase de amor, no simplemente a enamorarse, aceptar al otro tal y como es, es un signo de madurez, y falta de egoísmos, y lo mejor de todo, hace que te sientas bien. Si queremos a alguien solo por sus virtudes, no es quererlo, o tratamos de cambiar sus defectos, tampoco, porque creo sinceramente que queremos entonces una proyección de nosotros, otro yo, mejor que sea diferente, nos aportará más, mucho más que si tenemos muchas cosas en común, así, se nos abren nuevos horizontes, descubriremos cosas nuevas, para alguien como yo, ya tengo bastante conmigo mismo. Yo he descubierto que me puede gustar algo que antes ni tan siquiera había pensado en ello, por el hecho de encontrar alguien diferente a mi, y aunque parezca mentira, a veces las diferencias unen más, porque terminamos descubriendo algo nuevo. Sintetizando, las diferencias nos aportan, nos enriquecen, nos enseñan, y es más divertido.
Y ahora mi momento café, que ya me toca, y aquí también se puede constatar todo lo escrito, porque algo amargo, te puede dar un momento de placer, de sensaciones, dulce con dulce es empalagoso, café, fuerte y amargo con un poco de azúcar, combinación perfecta a pesar de sus diferencias.

SILVER

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