jueves, 17 de enero de 2019

Reflexión de hoy jueves


Pasa el tiempo y a veces nosotros nos quedamos estancados sin poder avanzar ni retroceder, estamos en un círculo vicioso que no nos lleva a ninguna parte, como un viaje sin destino y siempre volvemos al mismo punto. Esta evolución a veces parece imposible, como el pez que se muerde la cola y eso genera inquietud, incluso insomnio, y quizás deberíamos sentarnos y valorar lo que tenemos desechando lo que no nos hace ningún bien. Yo siempre he opinado que a la hora de tomar una decisión, hay que poner la balanza y así poner en cada platillo los pro y los contras, yo me quedo con lo que me aporte, con las personas que están a mi lado pase lo que pase sin poner condiciones, a esas les doy una oportunidad, a los demás carretera y manta. Las relaciones humanas son muy complejas, de que sirve apreciar o amar a alguien si nada te aporta, valora a quien tienes a tu lado, quizás algún día lo pierdas y te des cuenta que era más valioso de lo que pensabas, a veces se paga un precio muy alto por aferrarse en algo imposible. A veces se piensa mucho y se siente poco, y cuando la mente racional solapa al corazón, la lucha es constante, y esa batalla está perdida de antemano, porque no gana ninguno de los dos, y perdemos nosotros, otras veces es mejor dejar que el corazón hablé y dejarse llevar, porque la felicidad no es la meta, es el hoy, es el día día, de que nos sirve buscarla para mañana si la podemos tener ahora mismo, esos pequeños matices, esas pequeñas variables, son los que debemos valorar, la felicidad está a veces delante de nosotros, y la ceguera nos impide apreciarla. Hay que evolucionar, no involucionar, hay que avanzar, no retroceder.
Ahora es mi momento café, el hombre evoluciono cuando descubrió sus propiedades, y desde entonces, delante una taza de café, se han escrito muchas novelas, compañero es del insomnio de poetas. Este momento sublime, cómo ritual ofrenda a mí mismo, vapor que se eleva a los cielos, llevando una plegaria, un ruego, incluso una exigencia, mi altar, una vitrocerámica donde calienta el agua para infusionar a la temperatura adecuada mi café. Ojalá te llegue su aroma, porque en el voy yo.

SILVER

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