martes, 11 de mayo de 2021

Dejé encendida

 

Dejé una luz encendida, 

Para que veas el camino,

Te esperaré sentado

En el umbral de la puerta

Alumbrando tu venida,

Contemplado la luna

Que solitaria en el cielo brilla

Alumbrado esa llanura...

Llanura que por ella serpentea

Desde el horizonte que despierta,

La senda entre el Retamal

Y los grandes pinos

Con aroma a romero.

Dejé una luz encendida

En vez de la hoguera

Que calentaba el frío invierno

En la obtusa soledad

De las horas marcadas por el silencio,

En esa herejía por tu ausencia

Profanando las grietas

Del impávido tiempo

Entre los tulipanes rojos

Del camino que a mi puerta 

Llega...

Dejé una luz encendida

En el umbral de esa puerta

Que no detiene ni se cierra,

Donde no acaba el camino

Pero si quizás lo empieza,

Desde el umbral, uno nuevo,

O quizás sea la prolongación

De ese mismo que no se detiene

Ni espera...

Talvez se forjarán nuevos 

En ese papel dorado

Donde se escriben los sueños,

Que al retirarse la cansada tarde

Rompen las dudas y el desaliento

Con esa luz que dejé encendida

En el umbral de mi puerta.

Percibo la imagen de tu caminar

Con la actitud indolente

Del cansado caminante

Sedienta y hambrienta

De un abrazo Prieto,

De besos olvidados

Escondidos entre sábanas

Ya raídas por el tiempo,

Esperando nueva cama

Nuevos aposentos,

Y tan solo alumbrados 

Por una humilde vela,

Se renuevan las caricias,

Los besos...


SILVER ©



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