En horas de la noche

 

En las altas horas de la noche,

Desapareciendo los brillos

De las estrellas en el cielo oscuro,

Atisbando a lo lejos

La claridad del azul

De un nuevo amanecer

Despierta el alba

Entre los últimos rayos de la luna.

Filtrándose entre las rendijas

De la ventana frente a mi cama,

Abriendo mis ojos,

Mis manos se dirigen

A ese lado de mi almohada

Dónde tu cabellera descansará

Esparramada algún día,

Esa luna clara, secreta,

Dulce se hace su nombre

Cuando besen mis labios

Y mis manos ansiosas

Busquen sus pechos 

Embravecidos, escondidos 

Debajo de las sábanas.

Ese dulce sabor se diluye

Cómo caramelo en mi boca,

Amo esa luna que me embruja

Cada vez que sus ojos me miran,

Bajo su luz, mi alma se calma,

Cáliz que recoge sus fulgores

Cuando en el horizonte amanece,

Agua clara de la fuente

Que fluye cantarina como su risa.

Hecha de sal y arena,

Del perfume del azahar

De los naranjos en primavera,

De canela que pinta su piel,

Bonita como el clavel

Que adorna las enrejadas puertas.

Está más cerca del mar

Que de la misma tierra,

Ella es suave, eterna y transparente,

Cómo el tul tras el cual 

Se esconde la luna

Dejando paso sin prisas

A la madrugada inminente.

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