viernes, 25 de junio de 2021

Apagué el ruido

 

Encendí el silencio y apagué 

El ruido para escuchar

La melodía de una vida

Con los oídos del alma

Creciendo por momentos,

Opté por esperar

En los instantes callados,

Por cerrar los ojos para pensar

En aquellas noches

De llena luna,

Aún los mantengo cerrados

Con el recuerdo de esos últimos

Y tristes instantes,

Y aunque me quedé impasible

El fuego sigue latiendo

Ardiendo por dentro.

Mis poemas nunca 

Quedaran huérfanos

Mientras escribir pueda,

No habrá último verso

Ni se acabará la negra

Tinta de mi inagotable pluma,

Anochece, mis ganas 

Se rebelan de nuevo 

Y mi fertil imaginación 

Pensándote vuelve a la vida.

He memorizado cada centímetro

De tu piel, de tu cara

En esa habitación que queda

Semi vacía, casi desierta,

Donde aún percibo

Que perenne tu perfume

Se hace siempre patente

Y oigo el eco de tu voz

Por los rincones de mi casa.

Atrás quedó ese adiós,

El amarillo dorado

Del sol resplandece

Cuando se cruza con la luna,

En este silencio que encendí

Extendiendo su calma

Muy adentro en mi razón

Enmedio de la oscuridad,

Lejos queda todo lo superfluo

En este silencio encendido

Cómo fuego que todo lo quema

Devorando mis entrañas,

Dibujando mis poesías

Ensanchando mi alma

Cuando cierro mis ojos,

Encendido mi corazón

Enciendo la vida.


SILVER©

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