La vida es una eterna despedida,
Empezamos a morir desde que nacemos
Hay que hacer nuevos
Los viejos sentimientos
Siendo fructíferos en la soledad
Más allá del mismo tiempo.
Quizás sea en la siempre despedida
Un largo hasta luego,
Aún no lo sé,
O quizás sea un hasta nunca
Para seguir soñando
Y que cada sueño sea contigo,
Dejando abiertas las ventanas
De esa habitación llamada vida
Y vaya entrando tu presencia
Para que se vaya disipando
Ese olor a naftalina
Y me impregne tu perfume
En los pliegues de mi piel,
Que por mucha agua que la bañe
Sigua como indeleble tinta.
Ahora que entra en mi alma,
Ese ocaso por donde
Se va escapando el día,
Donde antes era azul
Ahora es el rojo de las hojas
Del arce en su otoño
En espera de otra primavera
Va embriagando la razón cansada.
Hoy escribo en mi otoño
Emprendí un viaje desesperado
En pos de sueños inalcanzables
Cómo marinero que busca puerto
Enmedio de duras tempestades,
Quizás oigas los gritos de socorro
Entre los sonidos del viento
Que levanta grandes olas,
Pero quizás ya quede muerto
El silencio oscuro de un templo.
Hoy escribo, nunca caerá en vacío
Las letras que expreso,
Quizás me pierda en las laderas
De la memoria y se borren los recuerdos,
Pero hoy escribo en paz y en silencio
Cómo cada atardecer,
Mi esencia de diluirá
Entre tu cuerpo y tu mente.
Viviré con una sonrisa
Que una victoria parecerá
Por volver a verte
En un nuevo amanecer
A escribir desde el corazón
En esta dulce despedida
Dejando cada noche
Desde mi pluma
un hermoso y sentido recuerdo
Para cuando despiertes.
SILVER©
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