miércoles, 23 de junio de 2021

Sin armadura ni yelmo

 

Hubo antaño un caballero

Sin armadura ni yelmo,

Trovador de letras

De fértil mente y fácil prosa,

Contador de historias

Algunos dicen que sabio,

Yo digo que iluso en sus sueños,

Gentil en su postura,

Dueño de su vida y de su silencio

De sus palabras escritas

Que por las noches escribe

Con su afilada pluma.

Y sin desdeñar el combate lucha,

Rompe con el pasado

Aunque se le lleve el alma

Vociferando al mundo

Que ya está cansando,

Se deslizan las palabras 

Como el agua de un río

Frescas y cristalinas,

Fluyendo los sentimientos

Cómo fluye la misma vida.

La luna tiernamente lo abraza

En su infinita ternura,

Esa dama de la noche

Que allá arriba alumbra,

Es liviana, como el tiempo,

De corazón tierno 

De alma sensible y etérea,

No hay lugar a dudas,

Hoy, solo unos ojos le dan vida

Cuando a hurtadillas la miran,

Provocando un incendio

Hasta en el mismo infierno,

Que inexorablemente le va 

Quemando por dentro.

Peca a veces de ingenuo

Acusado de altivez

Tocado por los desatinos

De esta dura e ingrata vida,

Le piden que amordace su pluma

Pero no saben que va por libre

Sin la más mínima censura

Y quizás algún día un Dios

De su alma se apiade

Le de paz a su corazón

A su incontrolada mente,

Y le recuerde cada día

A ese amor lo que siente.


SILVER©



No hay comentarios:

Publicar un comentario